El ateísmo democrático de la Generación Z

↗ Estudio realizado por dot. a través de su plataforma de análisis The Future Game, en colaboración con Arantzazulab, sobre la percepción de la democracia y sus valores en la Generación Z.

La Generación Z es reconocida por ser la primera generación que ha roto con la endoculturación. La endoculturación es el proceso mediante el cual una persona aprende y adopta los valores, costumbres, normas, y comportamientos de su propia cultura desde una edad temprana. Este aprendizaje ocurre principalmente a través de la interacción con la familia, la escuela, los amigos, y otros miembros de la comunidad, así como mediante la exposición a medios de comunicación y otras influencias culturales. La globalización, internet y las redes sociales han abierto una ventana de nuevos referentes culturales y nuevos discursos que han calado en las generaciones más jóvenes.

Los estadounidenses de la Generación Z, de entre 15 y 27 años, pasaron una media de siete horas y siete minutos al día en sus teléfonos inteligentes en 2023 según el estudio de “2023 3rd Annual Gen Z Screen Time Report” de la empresa DCDX. Este tiempo frente a la pantalla, que aumentó un 6,5% respecto a 2022, se dedicó principalmente a TikTok, Instagram, YouTube y mensajería. La cantidad de tiempo invertido online hace que puedan considerar más cercana a una persona de otro continente, con códigos culturales sociales muy diferentes, que a alguien de su círculo social más cercano.

En los diálogos y visiones del grupo seleccionado hay una constante referencia a la búsqueda de una comunidad cercana, de referencia y confianza. Un anhelo constante de red que sostenga una caída emocional, social y profesional. La desconexión con el entorno y las narrativas globales y de futuro poco ilusionantes calan en una sensación de desasosiego que les lleva a idealizar un futuro sistema en comunidad, con un círculo social de confianza.

La idea de afianzar la democracia dentro del concepto de refugio es algo central en esta generación. La coyuntura socioeconómica en la que están haciendo su viaje de emancipación a la vida adulta les deja con una sentimiento de orfandad al que piden hacerle frente con el rol del estado que asegure seguridad. Sin una amenaza clara identificada pero sí una amalgama de potenciales temores (cambio climático, inflación, acceso a la vivienda…), defienden por encima de todo la necesidad de un espacio seguro para poder articular su función cívica con el sistema democrático.

El desasosiego ante la realidad es un punto de partida común pero las vías para hacerle frente son diferentes desde los diferentes segmentos juveniles. La desilusión con la realidad les lleva a buscar narrativas de pertenencia e identificación en contra del sistema.

Tienen muy integrada la unión de la democracia con la idea de igualdad. Consideran que la igualdad social es un principio fundamental que busca asegurar que todos los individuos de una sociedad tengan las mismas oportunidades, derechos y acceso a recursos, independientemente de su origen socioeconómico, género, etnia, orientación sexual, religión u otras características personales.

Defienden la idea de eliminar las barreras que impiden que ciertos grupos accedan a oportunidades educativas, laborales, económicas y sociales. Por ello, abogan por garantizar que todos los individuos tengan la posibilidad de desarrollar su potencial y alcanzar sus metas, independientemente de sus circunstancias de nacimiento o situación socioeconómica. Asimismo, amparan el acceso equitativo a servicios esenciales como educación, atención médica y vivienda digna, entre otros. Los jóvenes realizaron una ↗ lectura ciega de programas electorales de los partidos políticos que se presentaron a las elecciones al Parlamento Vasco el 21 de abril de 2024. Todas las propuestas más vinculadas a mejorar el sistema de bienestar social obtuvieron un máximo de votos a favor.

Este grupo de jóvenes se posiciona fuertemente a favor de combatir la discriminación y el prejuicio en todas sus formas, ya sea por motivos de género, raza, etnia, orientación sexual, religión u otras características personales es clave en su percepción del sistema nuevo deseado. Defienden la idea de adoptar medidas para garantizar la igualdad de trato y oportunidades para todos los individuos, así como para promover la inclusión y la diversidad en todos los ámbitos de la sociedad. Este punto resulta de suma importancia para una generación que ha abierto públicamente el debate sobre la identidad y puede considerarse un elemento clave identificativo de una generación.

Respecto a la redistribución de la riqueza y los recursos, abogan por implementar políticas de redistribución que aseguren que la riqueza y los recursos se distribuyan de manera más equitativa.

Incorporar psicólogos clínicos en el sistema educativo e implementar programas específicos orientados a la prevención y a la promoción de la salud mental en los Centros de Atención Primaria. SUMAR.

Ampliaremos la cartera de servicios de Osakidetza en salud bucodental, oftalmología y salud mental, con un plan integral que ponga el énfasis en prevenir el suicidio, los trastornos de la conducta alimentaria y la ludopatía. SUMAR.

Crearemos una Comisión de Peticiones Ciudadanas habilitando de forma simbólica el escaño 76. Se trata de canalizar, por vía parlamentaria, las peticiones que solicite la ciudadanía, de forma individual o colectiva, directamente al Parlamento Vasco, garantizando que la ciudadanía tenga voz en el Pleno parlamentario. Elkarrekin Podemos.

Preservaremos desde los poderes públicos la inocencia de los menores para protegerlos frente a los riesgos presentes en los entornos digitales, tales como adicciones, chantaje, ciberacoso o la mayor vulnerabilidad ante ciertos delitos. VOX.

Impulsaremos cambios normativos para endurecer las sanciones contra agresiones al medio ambiente, especialmente en áreas protegidas, con el fin de mejorar su efectividad y disuasión. Elkarrekin Podemos.

Impulsaremos el Mapa de Lectura de Euskadi, como herramienta básica para el posterior desarrollo de políticas destinadas al fomento de la lectura. PSE.

Crearemos una Comisión de Peticiones Ciudadanas habilitando de forma simbólica el escaño 76. Se trata de canalizar, por vía parlamentaria, las peticiones que solicite la ciudadanía, de forma individual o colectiva, directamente al Parlamento Vasco, garantizando que la ciudadanía tenga voz en el Pleno parlamentario. Elkarrekin Podemos.

Implementaremos medidas para reducir la congestión del tráfico, como peajes urbanos, zonas de bajas emisiones, restricciones de circulación para vehículos altamente contaminantes y promoción del teletrabajo y la flexibilidad horaria. Elkarrekin Podemos.

Elaboraremos y pondremos en marcha una estrategia global para menores y jóvenes, de prevención y actuación frente al ciberacoso, la pornografía, el juego on line y el consumo responsable de redes sociales. Partido Popular.

Impulsar un modelo de empresa inclusivo, participativo y de alta implicación. Para ello se promoverá la participación de los y las trabajadoras en tres ámbitos: en la gestión, en los resultados y en la propiedad. EH Bildu.

Respetaremos, cuidaremos y pondremos en valor los elementos de identidad de quienes vengan a vivir a Euskadi, al mismo tiempo que les acercaremos a nuestra identidad y valores. Trabajaremos para que estas personas incorporen valores que ya están plenamente asumidos en la sociedad vasca, como la igualdad entre mujeres y hombres, como un elemento de respeto e integración en nuestra sociedad. También impulsaremos los canales para su euskaldunización. PNV.

Estableceremos condiciones en los préstamos y subvenciones públicas a las empresas para, entre otras cosas, tener que devolver parte de la ayuda a partir de un determinado nivel de beneficio. EH Bildu.

Propondremos incentivos fiscales, deducciones y/o bonificaciones para la contratación estable de jóvenes vascos menores de 30 años que inicien su primera actividad laboral en Euskadi. Partido Popular.

Reconocimiento Nacional de Euskadi. Proponemos que el futuro acuerdo de actualización del autogobierno vasco reconozca la identidad nacional de Pueblo Vasco. Dicho reconocimiento recogerá así el sentido de pertenencia a una nación ampliamente compartido en la sociedad vasca. PNV.

Impulsaremos propuestas metodológicas contrastadas que potencien el razonamiento matemático y mejoren el aprendizaje de esta materia en todas las etapas. PNV.

Desarrollaremos un sistema educativo público que esté al servicio del desarrollo colectivo de la propia ‘Euskal Herria’: euskaldún, coeducativo, basado en las pedagogías feministas, inclusivo, participativo, laico, democrático, comunitario y público. EH Bildu.

Recortaremos en el bienestar de los políticos para garantizar las pensiones. VOX.

Promoveremos campañas para reducir el consumo de bebidas energéticas y/o con altos niveles de azúcar, y prohibiremos su venta en centros y espacios públicos. SUMAR.

Haremos del inglés la lengua de referencia en las enseñanzas profesionales para facilitar el acceso del alumnado a las oportunidades laborales y la internacionalización de las empresas. PSE.

Promoveremos una reforma del Código Penal para proteger de verdad a las mujeres, elevando las penas por delitos sexuales y estableciendo la prisión permanente para violadores y asesinos evitando que los autores de los crímenes más atroces vuelvan a la calle. VOX.

Proponemos la suspensión de la exigencia del euskera en el acceso a un puesto en Osakidetza-Servicio Vasco de Salud hasta que se estabilice la plantilla. Partido Popular.

La desafección de las personas jóvenes a la justicia, como sistema y también como mecanismo físico de mediación es evidente. Hay una ruptura profunda entre el concepto de democracia y justicia, no consideran en ningún caso que abogar por un sistema democrático va a asegurar una justicia independiente. Entre las razones que subyacen esta percepción están las siguientes:

No contemplan que la falta de defensa de la justicia puede perpetuar la desigualdad y la discriminación en la sociedad ya que no consideran que la ley garantice igualdad ante la ley de los grupos marginados y vulnerables.

El vínculo entre democracia y estado de derecho queda totalmente desdibujado. La deslegitimación del sistema judicial trae la polarización social y una disminución del respeto por el estado de derecho. Esta falta de confianza en las instituciones democráticas es una puerta abierta a discursos no democráticos que puedan resonar en estas nuevas generaciones.

A diferencia de otras generaciones, el futuro no pasa por construir mundos nuevos que serán posibles gracias a los avances tecnológicos. Las narrativas distópicas de ciencia ficción que han dibujado una guerra de humanos contra máquinas parece que han hecho mella en el imaginario colectivo y lejos de soñar con coches voladores, a la generación Z la tecnología no le ofrece un lugar fértil de imaginación positiva.

La Inteligencia Artificial no es en ningún caso, para este grupo de jóvenes, como punto de partida una herramienta potencial para la transformación social. Anclados en un debate ético muy profundo sobre la tecnología, sin dejarla de lado del todo, relegan su rol a la mera labor de recabar información en la actualidad.

Según un estudio realizado en 2022 desde dot. sobre Humanismo Digital y jóvenes, en las preguntas relativas a la Inteligencia Artificial se percibe una confianza en el uso de la tecnología como proveedor de información para la toma de decisiones. Sin embargo, los datos muestran reticencias sobre la cesión de poder o incluso la dotación de características humanas a la tecnología.

Para la generación Z la innovación democrática no comienza ante una posibilidad tecnológica. Los avances científicos son el presente continuo, se está innovando sobre mutaciones genéticas e inteligencias artificiales a una velocidad apabullante. Sin embargo, como jóvenes necesitan identificar sus anhelos de futuro, aprender a soñar sobre futuros no apocalípticos sino deseados, sobre nuevos sistemas sociales, nuevas formas de relación y de toma de decisión a la vez que se construye una nueva sociedad tecnológica. No entienden esta transición como una réplica digital del sistema actual sino como una oportunidad para repensar el marco de juego.

La tecnología ocupa un lugar importante en sus vidas e identidades, no siempre para bien. Son conscientes del gran impacto negativo que tiene la tecnología en su bienestar emocional y eso les lleva a generar más alertas sobre la cesión del espacio de poder a esta. Los jóvenes muestran la necesidad de espacios mentales a través de historias inspiradoras que les hagan reflexionar y entusiasmarse por un futuro a construir ya que son conscientes que pertenecen a una era donde se exige revisar nuestros códigos legales, éticos y morales. El desasosiego que les produce el mundo heredado a las generaciones más jóvenes hace que les produzca reticencia la idea de que la tecnología facilite replicar el pasado.

TikTok es la plataforma de redes sociales muy popular que permite a los usuarios crear, compartir y descubrir videos cortos, generalmente de entre 15 segundos y un minuto de duración su éxito ha sido una explosión sin precedentes. En 2020 empezó el año con 40 millones de usuarios y para agosto ya había llegado a los 100 millones, a día de hoy ya cuenta con más de 150 millones de usuarios según los datos públicos de la compañía. Su característica principal es su capacidad adictiva, sobre todo en las generaciones más jóvenes.

El contenido político que circula por TikTok son videos de formato corto, muy emotivos presentados por una persona promedio que comparte sus experiencias, no de cuentas de noticias profesionales o fuentes confiables. Los comentarios rápidos y las ráfagas de comentarios de una persona hablando directamente hacen que los análisis y las discusiones parezcan genuinas, íntimas y reales, incluso si el contenido de lo que dicen es engañoso o incompleto. TikTok ofrece a los jóvenes una especie de espacio de experimentación donde prueban lo que significa ser buenos ciudadanos mientras descubren y perfeccionan su identidad política y su discurso político. Según Ioana Literat, investigadora en Columbia University: “TikTok es un desafío para los observadores externos: el hecho de que ese discurso político parezca diferente del discurso anterior no significa que sea un motivo absoluto de preocupación. Este tipo de expresión política puede ser el punto de partida para un mayor autodescubrimiento político, así como para sentirse menos alejado del proceso político”.

El algoritmo diseñado para ofrecer contenido personalmente agradable a los usuarios está preparado para reforzar las creencias políticas existentes. Las primeras investigaciones sugieren que TikTok puede estar alimentando ese tipo de polarización, alimentando a cada usuario con su propia cámara personal de autoafirmación.

Ante este nuevo espacio político paralelo no podemos obviar su presencia sin entender que se desarrollan campañas políticas paralelas a las oficiales y que sin duda influyen a corto y a largo plazo en la percepción y corpus democrático de las generaciones más jóvenes.

Desde la creación de las Democracias Liberales en Europa Occidental y América del Norte, principalmente durante los siglos XVII y XIX ha existido, podemos decir, una defensa férrea del modelo de gobierno que defiende la democracia representativa y la protección de los derechos individuales y las libertades civiles. Sin embargo, hoy en día se enfrentan a desafíos y críticas como la erosión de las libertades civiles, la influencia del dinero en la política, el populismo, y la polarización política entre otras.

La historia de la defensa de la libertad individual es una historia de lucha continua y evolución. Desde los primeros filósofos griegos hasta los debates contemporáneos sobre derechos digitales, la búsqueda de proteger y expandir las libertades individuales ha sido una constante en el desarrollo de la civilización humana. Hoy en día, sin embargo, los principales movimientos sociales se han estructurado en lógicas identitarias, mujeres, LGTBIQ+, etnia o identidades ecológicas que han llevado a un debate público sobre las políticas identitarias. Esta guerra cultural se ha instaurado en términos de reconocimiento de colectivos no representados enfrentados con la sospecha de pérdida de libertades de colectivos más representados.

Ante el desafío de igualdad vs libertad, las generaciones más jóvenes abogan por la equidad social sacrificando si fuese necesario la libertad individual. No tienen un argumentario de defensa de la libertad y no perciben el peligro de pérdida de libertades. Esto puede que en gran medida sea por haberlas heredado sin lucha social pero puede ser incluso más interesante entender el reconocimiento de identidades dispares a la norma como paso previo a la lucha por las libertades. En la lucha cultural son los movimientos más reaccionarios los que han abanderado el concepto de libertad, como espacio de defensa y conquista en contra de las políticas identitarias con la que los jóvenes están construyendo su tejido social. Esto hace que el propio término de libertad quede ajeno de su imaginario de lucha.

A menudo, los gobiernos deben equilibrar la seguridad nacional con la protección de las libertades individuales, lo que puede llevar a tensiones y debates sobre hasta qué punto es aceptable restringir libertades en nombre de la seguridad. El grupo de jóvenes aboga por que el gobierno asegure su bienestar.

La idealización y romantización de la idea de libertad individual que pone bajo sospecha los colectivos minoritarios genera una reacción contraria a la defensa por el mismo fin. Esta fragmentación hace susceptible a las generaciones más jóvenes de caer en sistemas menos democráticos que aboguen de forma más radical por sociedades más igualitarias.

En un estudio realizado por Talento para el Futuro y Polietika sobre las percepciones de la juventud española sobre Europa apuntalan la diferencia de valores entre hombres y mujeres. Mientras que las mujeres priorizan el valor de la igualdad y la garantía de derechos y libertades los hombres priorizan la libertad y la justicia.

Existe un auge significativo en las redes sociales de discursos de crecimiento personal muy vinculados a los chicos jóvenes. Estos discursos basados en la meritocracia y el trabajo personal para el éxito enmascaran valores conservadores. Anita Fuentes investigadora en la UCM para un artículo de El País: “Sobre todo los jóvenes, que son los que más presencia tienen en plataformas digitales, reciben mensajes contradictorios: por un lado mensajes feministas y por otro mensajes que reaccionan contra sus avances. La exposición a mensajes contradictorios crea una frustración y un malestar que lleva a muchos hombres a buscar maneras de reclamar su masculinidad”.

Esta realidad puede interpretarse en cierta medida como un paralelismo con la Revolución Industrial. Mediante la Revolución Industrial, el hombre de repente era fácilmente sustituible y las estructuras sociales se debilitaron. En aquel momento, como ahora con la revolución de la Inteligencia Artificial y otros avances, el desarrollo tecnológico es tan trepidante que las identidades no pueden seguirle el ritmo.

La ruptura de la endoculturación no es el único fenómeno de esta generación. Los algoritmos de internet han generado las llamadas cámaras de eco donde las personas usuarias tienden a encontrar ideas que amplifican y refuerzan sus propias creencias. Esto lleva a la falta de exposición de las personas jóvenes a ideas contrarias y a puntos de vista opuestos a los suyos. Esto sumado a la rapidez del consumo que lleva a mensajes contundentes genera una retroalimentación del discurso propio sin ventanas abiertas que lo combatan.

El término de Democracia Militante se originó en el contexto de las amenazas que enfrentaron las democracias europeas en el Siglo XX, especialmente en relación con los movimientos totalitarios y autoritarios, como el fascismo y el comunismo. Los jóvenes participantes en The Future Game parecen simpatizantes de algunos de los mecanismos que adopta este término así como la adopción de medidas legales y políticas para prevenir y combatir actividades antidemocráticas.

La pandemia del COVID puso sobre la mesa por primera vez el debate sobre la posibilidad de no hacer elecciones. Los jóvenes son los que menos se enfadan cuando se cancelan o posponen las elecciones. Son los que menos creen en la liturgia electoral y los que menos asocian las urnas con la democracia. El mundo que traen los jóvenes está lleno de valores, pero la defensa de la democracia representativa y sus instituciones no está entre las causas prioritarias. Estamos en medio de una profunda brecha generacional.

Lejos de los discursos más extendidos sobre la escasa o nula participación de los jóvenes, su actividad en las comunidades a las que pertenecen es alta e intensa. Es cierto que en los indicadores democráticos, como la participación en las elecciones o la militancia en partidos políticos o asociaciones desciende significativamente. Sin embargo, las comunidades en las que eligen participar su actividad es alta.

Ante esta realidad, los jóvenes seleccionados en The Future Game abogan por una participación mayor, involucrarse en la vida cotidiana obligando incluso a la participación en la toma de decisiones. Quieren ser escuchados y tomados en cuenta en la toma de decisiones, no desde una mera consulta sino redefiniendo los propios marcos de participación. Volver a definir los propios espacios de participación y enfocar los espacios digitales de participación de los jóvenes hacia espacios colectivos de toma de decisión será uno de los grandes retos a abordar.

La crisis de la representación en las democracias liberales es un fenómeno complejo que ha sido objeto de un extenso debate académico y político. Esta crisis se refiere a la percepción y evidencia de que los sistemas democráticos representativos no están funcionando de manera efectiva para reflejar los intereses y necesidades de la población. Dentro de las estrategias para abordar esta crisis se han abordado múltiples caminos para tratar de acortar la brecha que existe: reformas electorales que aseguren la inclusividad, aumentar la transparencia y la rendición de cuentas o aumentar la participación ciudadana a través de mecanismos de democracia directa entre muchos otros.

El grupo de jóvenes seleccionados no ven el valor de la representación para asegurar la defensa de sus intereses. Asumiendo que se vinculan antes a una figura de líder tampoco ven su valor en la dinámica democrática. No tienen interiorizada la liturgia de la representación antigua que se organiza por partidos y líderes.

En el mundo digital en el que navegan no existe el concepto de representación tal y como lo concibe la democracia liberal. En las comunidades digitales interactúan como sujetos de representación de sus intereses. Además de esta idea de sujeto de pleno derecho, su pertenencia a múltiples comunidades no los define homogéneamente, la pertenencia no es sinónimo de identificación absoluta. Transitan espacios digitales como sujetos (activos o no) y se identifican con múltiples capas de esta amalgama de espacios.

Partiendo de esta lógica con la que han naturalizado su socialización, les resulta ajena la idea de que un único partido con un líder represente las visiones del grupo. Ni siquiera la figura de los influencers sigue el paralelismo político, ya que no esperan de estos una defensa de sus intereses sino un rol de entretenimiento y opinión.

No se trata de incluir la voz de los jóvenes, sino de modificar los marcos de representación normativos que ha construido la liturgia democrática. Entienden que esta lógica tradicional de representación donde unos son sujetos de representación como los partidos políticos y los líderes y otros, como los jóvenes, sean los objetos subalternos no es el camino para trasladar la voz de los jóvenes al ámbito político.

La representación adquiere nuevas acepciones en el diccionario joven o dicho de otra forma, la representación no significa nada en su taxonomía democrática.