Puede que en los últimos seis meses de este 2020 la educación haya vivido la mayor revolución en los últimos 200 años. En cuestión de semanas se cerraron centros escolares y universidades en todo el mundo, redujimos el mundo a explorar de los niños al salón de casa y la transferencia de conocimiento a conexiones virtuales de 50 minutos. Sin fecha prevista de vacuna e inmersos en una vorágine de cambios sociales nos encontramos ante la necesidad de repensar a marchas forzadas todo el sistema educativo.

Es urgente dar respuesta a las demandas de la infancia y la juventud, generar entornos seguros donde puedan participar y dotarlos de herramientas que les sirvan para afrontar los retos del futuro. Los datos demográficos les dejan a la cola en términos de peso poblacional y por consecuencia menor peso en las decisiones colectivas. Dejarles fuera de la creación de las soluciones del futuro supone negarles poder decidir cómo quieren vivir. Es necesario que toquen las teclas del futuro sin prejuicios, mirar y construir conjuntamente una visión curiosa de lo que puede llegar a ser.

Desde dot. llevamos años trabajando en entornos formativos disruptivos con diferentes centros y universidades (Mondragon Team Academy, Basque Culinary Center, Barcelona Activa, Innovasturias, Universidad de Salamanca, Universidad Francisco de Vitoria de Madrid, UNICEF; Organización Internacional del Trabajo…), desarrollando las habilidades que creemos imprescindibles para las generaciones del futuro. Ante el escenario actual de pandemia y viendo los retos tan relevantes a los que nos enfrentamos, queremos compartir lo que consideramos que son las bases imprescindibles a tener en cuenta para diseñar las experiencias de aprendizaje.

La equidad ya no es una opción

La pandemia ha amplificado la brecha de la desigualdad de una forma acuciante y ha sacado a la luz unas nuevas desigualdades. Al trasladar la formación al hogar el éxito del aprendizaje queda aún más condicionado por los condicionantes socio-culturales: un buen acceso a internet, personas que te ayuden en el proceso de aprendizaje o un entorno adecuado entre otros.

Según un estudio de We are Social y Hootsuite sólo un 59% de la población mundial tiene acceso a Internet. Las barreras estructurales juegan un papel (aún más) importante en el propio desarrollo cognitivo del alumno/a. Ante esta situación China, por ejemplo, supo adaptarse con rapidez en mitad de la pandemia ya que la televisión estatal comenzó a retransmitir las clases por televisión divididas por diferentes niveles educativos. Además se creó una plataforma de formación online para todos los estudiantes del país con ayuda de empresas tecnológicas como Huawei y Alibaba.

Es urgente un compromiso firme como sociedad que asegure la formación de futuras generaciones, reduciendo las brechas urbano-rural y siendo imaginativos en los formatos y canales formativos. Promoviendo una identidad planetaria y reconociendo una identidad compartida a todos los demás seres humanos.

El mundo como aula

Si queremos niños y niñas más autónomos deben experimentar el mundo real para aprender de él. Aprender del mundo haciéndoles parte activa de él, entendiendo de primera mano las relaciones causa-efecto y dándoles la posibilidad tanto de experimentar cómo de modificar la realidad. En una realidad tan cambiante el poder de adaptación será una de las habilidades más necesarias para el futuro. Entender el mundo desde una visión holística y empírica que siembra las bases para aprender haciendo.

Según los datos los adolescentes entre 11 y 15 años son los usuarios más activos en Youtube y los tutoriales son un tipo de contenido que más atrae a este público. Son generaciones que encuentran el conocimiento más práctico a golpe de un click, modelan las herramientas a la medida de sus necesidades y aprenden entre iguales. La educación más reglada debe entender y acoger esta adquisición de conocimiento fuera del aula como una herramienta más que ayuda a alimentar la curiosidad. Mediante una educación expandida tenemos que utilizar la casa, la ciudad, la naturaleza, lo digital y el hogar como un continuo para “completar” experiencias de aprendizaje, y no compartimentalizar tipos de aprendizajes en ciertos momentos o lugares.

Autoconocimiento, empatía y pensamiento sistémico

Del enfoque mecanicista de la educación que se basa en hitos a cumplir a la visión que tiene en cuenta las etapas evolutivas del cerebro para ofrecer los estímulos necesarios que favorezcan el aprendizaje. Trasladar la visión desde dentro hacia fuera que dote de herramientas para el autoconocimiento para ser plenos y poder liderar desde el sentir. Porque desde ese autoconocimiento podrán entablar relaciones desde la empatía, desde el reconocimiento de uno mismo y del otro.

En 2014 Goleman y Peter Senge publicaron el libro “Triple Focus: A new approach to education” donde comparte una visión de las habilidades que se requerirán en el futuro. Además del autoconocimiento y la empatía mencionan la necesidad de desarrollar un pensamiento sistémico para abordar problemas complejos y ser sensibles con cada una de las partes. Adquirir este pensamiento sistémico facilitará el desarrollo del pensamiento crítico y propositivo.

Cooperación: Equipos multi

Resulta redundante en estos tiempos hablar de las bondades de la multidisciplinariedad, sin embargo, es una de las grandes asignaturas pendientes en las universidades. Es importante además llevar el concepto “multi” más allá de la disciplina para formar equipos donde se acoja la diversidad de raza, género, nacionalidad, clase social… porque sólo desde esa diversidad podremos crear soluciones del futuro que tengan en cuenta a todas las partes.

En palabras del biólogo chileno Humberto Maturana, los seres humanos, en sentido estricto, surgimos del amor, porque el amor como emoción constituye el dominio de acciones de aceptación recíproca en el que pudo surgir y conservarse el lenguaje, añadiendo al modo de vida de nuestros ancestros homínidos como parte constitutiva del vivir que nos define. El resultado es que los seres humanos somos seres “adictos” al amor y dependemos para la armonía biológica de nuestro vivir cotidiano de la cooperación y la sensualidad, de las caricias y de vínculos positivos y sintonía emocional con los demás, no de la competencia y la lucha. Los seres humanos dependemos del amor y enfermamos cuando este nos es negado en cualquier momento de la vida. (Maturana 1997). Mejorar la calidad de nuestras relaciones y colaboraciones (desde la esfera más íntima hasta las tensiones a escala mundial) es uno de los retos más importantes a los que nos enfrentamos.

El futuro como fuente de imaginación para el presente

Tenemos que posibilitar una educación donde no sólo la historia, lo aprendido en el pasado y lo validado ocupe todo el espacio. La "alfabetización en el futuro" tiene que permitir a las personas (especialmente las jóvenes), apreciar el mundo de una forma más plena y utilizar de esta forma el futuro emergente para innovar el presente. Hay que dar un paso hacia la integración de la complejidad en nuestra comprensión de lo que significa ser humano.

Además y a pesar del foco cada vez más predominante en habilidades STEAM (Science, Technology, Engineering, ARt & Math) creemos que esas disciplinas tienen que ser activadas desde la imaginación, donde la creatividad, el deseo de mejorar y el amor activen nuestras acciones y decisiones compartidas. La imaginación sigue siendo nuestro mayor poder de ser un agente de cambio. De hecho en diciembre de 2019 en París, la UNESCO celebró el primer Foro Global de Diseño de Alfabetización de Futuros (Futures Literacy) y dónde se enmarca la iniciativa como un esfuerzo de crear un futuro más inclusivo y diverso.

Es innegable que la pandemia tendrá una sombra alargada en las decisiones que se vayan a tomar sobre el futuro. Sin embargo, es importante ampliar la mirada y generar espacios donde se escuchen las voces que construyen las agendas del hoy para el mundo de mañana. Desde dot. hemos diseñado The Future Game, una experiencia de aprendizaje gamificada donde valientes jóvenes exploran las tendencias y desafíos más importantes de este siglo para crear visiones y prototipos del futuro emergente con impacto en su entorno. El futuro es un juego al que queremos jugar en primera persona, ¿te vienes?